Estimada Hermana,
Soy miembro aquí y en otro sitio de solteros y el consenso general de aquellos a quien les he enviado un correo electrónico es que es mejor esperar para responder a los mensajes en lugar de ser demasiado ansioso. Y algunos de los consejos que he recibido me hacen sentir como que muchos están jugando juegos. He rezado y estoy rezando para que si el Señor tiene la intención de encontrar alguien especial para mí, que yo reconozca la especialidad de esa persona y que él me reconozca también. Si todo está en las manos del Señor ¿son todos estos juegos necesario? Sólo trato de averiguarlo. Creo que si jugara estos juegos no sería sinceramente yo mismo y ¿cómo podría alguien amarme por quien soy si juego este tipo de juegos?
Estimado Anónimo,
No estoy segura quién te está aconsejando sobre cómo encontrar a alguien especial. Yo
creo que tus propias intuiciones té están dando mejor consejo. Creo que uno debe orar y confiar en Dios en cada detalle de nuestra vida. Al explorar las relaciones, sé tú mismo. Esogeneralmente ayudará a la otra persona ser libre de ser sí mismo.
No sé si la formación de una relación especial puede reducirse a una técnica o a un juego. Si encuentras que alguien está "jugando" contigo tal vez esa no es la "relación especial" que deseas.
Sigue tu buen sentido, y confía en que Dios te está guiando en ese lugar interior especial donde te ha aconsejado hasta ahora.
Dios bendiga,
Hermana Paula
Comentarios (2)
No me parece lícito jugar con nadie. No nos gustaría que nos lo hicieran.
Puede que alguien reaccione de una manera y luego se lo piense mejor y cambie la manera de reaccionar. Pero debe haber sinceridad. Lo que escribes, a quien escribes, todo eso es importante. Y no debemos mentir ni desconfiar de los que nos escriben sin motivo. Solo así podremos escribirnos a gusto y con tranquilidad.
No me parece lícito jugar con nadie. No nos gustaría que nos lo hicieran.
Puede que alguien reaccione de una manera y luego se lo piense mejor y cambie la manera de reaccionar. Pero debe haber sinceridad. Lo que escribes, a quien escribes, todo eso es importante. Y no debemos mentir ni desconfiar de los que nos escriben sin motivo. Solo así podremos escribirnos a gusto y con tranquilidad.