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¿Cuántas veces nos hemos sentido traicionados? ¿cuántas veces lo hemos dado todo y de repente no valemos nada para aquella persona que tanto amamos?

Si revisamos la vida de Dios con su pueblo, ya desde antiguo Adan y Eva le traicionaron. Luego el pueblo de Israel le traicionó muchas veces. Dios no dejó de buscarlo para rescatarlo, para salvarlo. El Antiguo Testamento es, realmente, una historia de amor de Dios. De amor apasionado (del que ama con pasión). Finalmente envió a su propio Hijo para salvarnos porque todos habíamos heredado las consecuencias de esas traiciones.

Entonces, ¿qué ejemplo sacamos? Que tenemos que aprender a perdonar aunuqe el dolor sea muy grande.

Los sentimientos de venganza, de rabia, ira, falta de poder... nos pueden llegar pero si nos serenamos un poco y se los ponemos a Dios (que todo lo redime y lo sana) nos dará las gracias (las ayudas) para superarlo, para sanarlo y para continuar nuestra vida con paz.

No te angusties tanto. Dejaselo a Dios que nos da la lección. Deja pasar. No pienses tanto en el problema. Trata de olvidar o, al menos, de hacerte indiferente.

Reza a Dios, habla con Él y verás sus milagros.