La Madre Teresa de Calcuta siempre decía que la pureza era el fruto de la oración. Así que el primerísimo paso es profundizar tu vida de oración. El segundo paso es comenzar a practicar el ayuno. Ayunar es abstenerse de algo que te gusta y puede ser de cualquier cosa, desde la salsa de tomates que pones a una comida, o esos chocolates que te comes fuera de horario... hasta un estricto ayuno de pan y agua por todo un día.
Al parecer del mundo, este concejo probablemente suena tonto. Quieres evitar las cosas sexuales con tu novia y yo te digo que uses menos salsa de tomates. Pero es que el ayuno hace varias cosas. Es algo que comienza a adiestrarte en el dominio de ti mismo, adquiriendo tú el control de los deseos de tu cuerpo. Le enseña a tu cuerpo a estar sujeto a tu voluntad, básicamente mostrándole que no morirá si no obtiene todo lo que quiere. ¿Alguna vez has visto a un niño malcriado en una juguetería teniendo una rabieta cuando no le dan lo que quiere? A veces, cuando malcriamos a nuestro cuerpo con el placer, se pone como un niño malcriado que no sabe aceptar un ‘no’ por respuesta. El ayuno te ayuda a ti, como dice San Pablo, a ‘convertirte en el más firme amo de tu cuerpo’ (1 Corintios, 9:27).
Cuando haces un ayuno voluntario, también es como si tu cuerpo estuviese haciendo oración, eleva tu corazón y tu mente hacia Dios y, de hecho, hace más fácil rezar. Puedes hacer este sacrificio del ayuno como oración para recibir pureza, como oración de penitencia (para ofrecer reparación por los pecados que hayas cometido), o puedes ofrecerlo a Dios por tu novia. En todo caso, revisa el sitio e5men.org para conocer una excelente idea de hombres que se están ofreciendo para ayunar por las mujeres.
Es bueno que hayas hablado con tu novia sobre tus límites, pero como has comprobado, hablar no sirve de mucho a menos que pongas las palabras en acción. Por eso, otra de las cosas que necesitas hacer es evitar las ocasiones de pecado. En otras palabras, evita las situaciones en que sabes que es fácil que te vayas a equivocar. Además, preocúpate de planificar tus encuentros de modo que no terminen simplemente sentados por ahí sin nada que hacer.
El asunto es que pueden hablar de sus límites, pueden incluso escribirlos juntos en una hoja de papel, y hasta estar en total y completo acuerdo intelectual al respecto. Pero... esas reglas no cambian nuestro corazón. Los deseos seguirán presentes, en especial si buscas obtener un poco de excitación sexual para después pisar el freno. Aunque suene sorprendente, mientras más puro de corazón seas con ella, será más sencillo.
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