Respecto a la Confesión y la Eucaristía, la Iglesia ha dispuesto que es necesario confesarse:
• antes de la Primera Comunión
• si se ha cometido un pecado grave
“Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (Jn. 6, 54). Se recibe al mismo Cristo. Se tiene acceso a la Vida Eterna. Es un gran privilegio. Es necesario hacerlo lo más dignamente posible.
Dos condiciones para recibir la Comunión
1. Es necesario -saber a quién se recibe.
2. Estar en “estado de gracia”. Es el estado de amistad con Dios, que se pierde por el pecado mortal y se recupera con el arrepentimiento y la Confesión.
Estas dos condiciones se basan en la enseñanza de San Pablo: “Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo” (1 Cor. 11, 27-29).
¿Indispensable, conveniente o necesario?
Salvo que se esté en pecado mortal no es indispensable confesarse antes de comulgar.
La persona puede haber pasado cierto tiempo sin confesión y aún comulgar, pues siempre que no haya cometido algún pecado mortal, sigue en estado de gracia. Por lo tanto, puede
comulgar.
Confesarse al menos una vez al año:
Sin embargo ese tiempo entre confesión y confesión no puede ser más largo de un año,
porque la Iglesia exige que todo católico se confiese al menos una vez al año. Es uno de los Mandamientos de la Iglesia.
Comuión y pecados veniales
Aunque la Comunión borra los pecados veniales, no es una práctica saludable acostumbrarse a pasar mucho tiempo sin confesarse, pues en el Sacramento de la Confesión se reciben gracias específicas para el fortalecimiento de la voluntad en la lucha contra el pecado. Y estas gracias son muy necesarias para los pecados graves, pero también para los pecados veniales, sobre todo si son pecados habituales.
Confesión frecuente:
La confesión frecuente (mensual) es una práctica muy recomendable y muy necesaria para:
• el progreso espiritual,
• ir creciendo en fortaleza ante el pecado,
• evitar también los pecados veniales,
• ir purificando progresivamente el alma,
• ir eliminando la inclinación al pecado
5 CONDICIONES PARA CONFESARSE BIEN
• Examen de conciencia para darse cuenta de los pecados cometidos desde la última confesión.
• Arrepentimiento para reconocer los pecados y estar verdaderamente arrepentido de haber pecado.
• Propósito de enmienda para resolverse a no volver a cometer el o los pecados que se confiesan, ni algún otro.
• Decir los pecados al Confesor: Esto es propiamente la Confesión ante el Sacerdote.
• Cumplir la penitencia que mande el Confesor.
NOTA: Aunque se haya hecho la Confesión ante el Sacerdote, si falta alguna de estas 5 condiciones no hay perdón de los pecados. Especialmente hay que estar pendiente de que se tenga un verdadero arrepentimiento de los pecados y un verdadero deseo de no volver a cometerlos.
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