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Puedes evitar la mayor parte de las situaciones de impureza si piensas con anticipación y evitas personas y lugares que pueden ser demasiada tentación para ti. Pero si ya estás en una situación en que necesitas detenerte y bajar la temperatura, hay algunas cosas que puedes decir y hacer. Distintas personas recomiendan diferentes cosas.

Para comenzar, no subestimes el ser directa: Simplemente diciendo ‘Necesitamos parar, estamos yendo demasiado lejos’, puede ser suficiente, en especial si ya se ha comprendido que tu te has comprometido a la castidad. Inclúyete a ti misma y también inclúyelo a él diciendo ‘necesitamos’ en vez de ‘tu debes’ parar, así no le estas echando la culpa, sólo poniendo los frenos. Esto puede ser difícil, pero aprende para que sepas cómo no dejar que las cosas lleguen hasta ese punto otra vez.

Por otra parte, algunos prefieren hacerlo con humor: ‘Aquí tienes mi teléfono móvil. Llama a mi papá y si él dice que está bien que hagamos lo que tu quieres, entonces lo haré’. O qué tal esta: ‘¿Tienes protección? Qué bueno porque la vas a necesitar si no quitas tus manos de encima’. Y esta: ‘¿Qué todos lo están haciendo? Entonces no te costará demasiado trabajo encontrarte a otra’.

Estas pueden ser divertidas, pero no se si serán muy efectivas. Quizá sea mejor hacerle al chico un cumplido (eso les encanta a los chicos), algo así como ‘de verdad me gustas y me divierto tanto cuando estamos juntos, pero este es el tipo de cosas que quiero guardar para cuando esté casada’.

Otra razón para no irse por el lado del humor es que ese no es momento para chistes, sino para dar un testimonio del verdadero amor. Se humilde pero clara, categórica y firme, y usa ese momento como un momento de aprendizaje y crecimiento. Usa el ‘no’ en las palabras y en el lenguaje corporal. Si estás recostada con él y susurras un ‘no’ sin gran convicción, seguramente él no te tomará en serio puesto que tu tampoco te tomas tu compromiso con la pureza muy en serio.

Además, observa que cuando una chica es incapaz de decir ‘no’, ella es menos atractiva. Wendy Shalit lo describió como ‘un aire marchito’ en el modo de ser de la chica, ‘que proviene de la falta de autenticidad, del regalar demasiado, del no saber cómo poner límites ni tener el carácter suficiente para permanecer en ellos’ . Para evitar ese aire marchito, reza y pídele a Dios que te de la fuerza para mantener y crecer en tu pureza.

Y si no convences a tu novio de que viva la pureza en su propia vida, no te preocupes demasiado. Es más importante que tú te mantengas en ella a que convenzas al otro. No es tu papel el de actuar de policía de la castidad. De hecho, ambas personas en la relación debieran hacerse mutuamente responsables. La responsabilidad de hacer sonar el silbato no debe descansar únicamente en una sóla persona. Además, no es tu deber el hacerle a tu chico una explicación de horas sobre porqué la castidad es importante para ti y ciértamente que no le debes favores sexuales. Si él no acepta un simple ‘no’, entonces él no te ama. Así de claro.

Deja ir al chico y mantente lista para un hombre que de veras sepa honrar a una mujer. Y lo más importante: No tengas miedo. Una chica me escribió y dijo: ‘De verdad me gusta ese chico, pero no se porqué tengo sexo con él; como que a veces tengo miedo de decir que no’. Mira, hay cosas peores que no volver a ser invitada a salir por un chico que sólo se ama a si mismo. Si él termina contigo por este asunto, entonces él no merecía tu atención desde un comienzo.

Cuando las cosas están llegando demasiado lejos, valórate lo suficiente como para decir ‘no’. Por desgracia, muchas mujeres jóvenes utilizan la intimidad física como una manera de darse valor a si mismas. Los abrazos se sienten como una afirmación de su valor y, quizá por errores cometidos en su pasado, no comprenden el tremendo valor de sus cuerpos. Tu pureza es un tesoro, así que ten la seguridad suficiente para respetarte a ti misma. Cuando ustedes dos trabajen por cuidar su pureza, mantendrán vivo un elemento de misterio y emoción en su relación, algo que se pierde cuando las parejas no se molestan en mantener nada sagrado y secreto.