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Las buenas noticias sobre las citas en los treinta y cuarenta años es que a este tiempo probablemente sabes quién eres y lo que te gusta, pero eres todavía lo suficientemente flexible como para permitir nuevas experiencias y nuevas personas en tu vida. Y se espera que se han acabado los “juegos” con las personas que citamos, o por lo menos se han reducido drásticamente. En realidad, las citas en tus treinta o cuarenta años generalmente son más serias y satisfechas por que la mayoría de la gente ha resuelto la pregunta "¿me quiero casar?". 

Si está saliendo en esta etapa de su vida y se quiere casar, asegúrese de preguntarle a sus citas la misma pregunta. No se si él o ella quiere casarse con usted, especialmente si acabas de empezar a salir, pero es importante saber si su cita está buscando una persona para compartir su vida, o simplemente una diversión y lo mismo va en tener hijos. 

Usted necesita saber la contestación a esa pregunta antes de involucrarse demasiado por un largo tiempo. Sin importar nuestra situación de citas, ya sea soltero, recientemente soltero, o padre soltero/a, la meta principal en esta etapa de vida es desarrollar relaciones íntimas. Para la mayoría de las personas, esto significa encontrar a un partido para matrimonio. Pero también puede significar desarrollar relaciones cercanas con los amigos, la iglesia o una comunidad que te apasione. 

El objetivo es aprender a ser lo suficientemente vulnerable para poder acercarse a alguien, pero con bastante experiencia y madures para no ser manipulado o herido. O si te encuentras en una situación mala, te sepas salir rápidamente. Todos podemos tener el beneficio de la experiencia, pero también tenemos el temor de repetir las malas experiencias (también conocido como "equipaje."). Es bueno ser consciente de lo que no quieres repetir, pero no si te mantiene totalmente fuera de citar a otras personas. 

La desventaja de no formar relaciones íntimas es en caer en unas normas de conducta de aislamiento. En realidad, aislamiento es uno de los aspectos más dolorosos de ser soltero/a, o recientemente soltero/a, a esta edad. Pensaría uno que con toda la tecnología que tenemos para mantenernos conectados, que nos sentiríamos menos aislados. Pero lamentablemente, la investigación esta mostrando que más y mas personas luchan con un profundo sentimiento de soledad, y no siempre es fácil de hablar sobre ese tema. Saliendo en citas solamente por un deseo de simplemente no estar solo puede ser peligroso, porque nos puede mover hacia las personas que normalmente sabríamos evitar. 

Poniendo límites alrededor de lo que vas a tolerar, como simplemente esperando como ser tratado como un buen amigo o establecer límites en la intimidad sexual, puede ayudar a controlar el deseo de querer ser una pareja. No dejes que saliendo en citas con un corazón solitario te conduzca a una corazón quebrado. Saliendo en citas en los años treinta y cuarenta adquiere un nuevo enfoque, como empezar a buscar las características que sirven para compatibilidad a largo plazo, en lugar de una descarga de adrenalina a corto plazo. Puede tomar esfuerzo extra y ser un poco más complicado, pero vale la pena el esfuerzo. 

Realmente, cualquier relación de largo plazo (más de 2 años) va a tomar trabajo. Mantener amistades a largo plazo en esta etapa de la vida puede ser más difícil, especialmente si los amigos están casados o formando sus propias familias. Puede tomar un esfuerzo adicional para encontrar un terreno común con un antiguo "hombre ala". Pero más allá del esfuerzo, la belleza de esta edad es la capacidad de amar, de manera mas profunda y significante. Nuestras metas de citas y nuestros objetivos espirituales están destinados a ser los mismos: aprender a amar más completamente y perfectamente. 

Se nos da el ejemplo de amor perfecto en Jesús en la Cruz, y también en Jesús sirviendo a los pobres y a las viudas, Jesús extendiéndose a la mujer de Samaria y Jesús hablando contra las injusticias sociales. Tenemos la oportunidad de crecer en la sabiduría de lo que significa ser un seguidor de Cristo. Y es algo hermoso cuando tu vida amorosa malla bien con tu vida de fe. Fe compartida añade intimidad espiritual a una relación, un tipo de intimidad que alcanza hacia fuera de la pareja y grifos de un poder sobrenatural. La intimidad espiritual, o el hecho de simplemente invitar a Dios en su relación, nos capacita para construir y mantener las relaciones que nos dan vida abundante. Y no hay ningún otro don de madurez que vivir la vida con más abundancia de Dios.