Pensé "católicos no se citan". Con el día de San Valentín próximamente, un amigo había sugerido que escribiera sobre citas "católicas". Ahora antes de que algunos católicos felizmente casados protesten mi opinión sesgada, probablemente seria bueno aclara.
No hace mucho tiempo estuve en una masa de jóvenes adultos con aproximadamente 200 personas en asistencia y el sacerdote, durante la homilía, pregunto, " chicas, por favor, levanten la mano si te han invitado a salir, por un chico de la iglesia." Así que tal vez de las100 chicas en misa, una levantó la mano. Aproximadamente el 1%.
Así, que los católicos no citan o no se citan mutuamente. De cualquier manera no hay absolutamente nada mal con eso. No hay ningún dogma moral que dice que tienes que salir en citas e incluso que tienes que salir con un católico. Sin embargo, la mayoría estarían de acuerdo que es bueno salir en citas cuando Dios te da la oportunidad. Imagina a Dios creando a Eva y presentándola a Adán. Adán simplemente alza los hombros y regresa a jugar a con su perro, eso hubiera sido muy incomodo.
Ahora en caso de que estés pensando, yo no fui el tipo que invito a esa chica a salir de la comunidad de adultos jóvenes. No soy parte de ese alfa 1% de salir con una chica católica. Si quiero salir a tomar una bebida o pasar un buen rato generalmente llamo a una chica de la clase de baile o del gimnasio antes de llamar a alguien de la iglesia. Si es o no una cita salir a tomar una bebida, es un punto muy discutible, pero el punto que quiero hacer es que nosotros los católicos aparentemente no salimos uno con el otro. No me malinterpreten, me encantaría salir con una chica católica. Pueden ir a la iglesia juntos; pueden cantar juntos el credo y apostar sobre quién será el próximo papa. Pueden ir a confesarse juntos, es decir, esperar en la línea de confesión juntos, tal vez agarrándose de la mano. Se pueden reír de uno al otro sobre las lealtades al NCAA o hábitos de alimentación vegetariano, porque hay algo mucho más grande que comparten en la vida. Para que más citas católicas puedan suceder, yo creo que los chicos y las chicas podrían hacer algunas cosas para ayudarse.
1. Pregunta más, sonríe más. Las comunidades católicas pueden sentirse como una familia, pero no lo son, así que está bien que salgan en citas dentro de ellas... y no sería extraño. Lo raro es cuando Caspar o Lupe tiene un interés por uno al otro, pero ninguno de ellos hace algo al respecto. Entonces, te enteras a través de otros y dices: "¿En serio? Esos dos!!?? ´El ni siquiera habla con ella", o " Ella no es ni amable con él". Así que chicos digan lo que esta en su mente y pidan más. También ayudaría si las chicas sonrieran más, para que el chico pueda conseguir la idea.
2. El romper de una relación no es un fracaso. Fue solamente un triunfo con un fin. Mantiene la memoria de los buenos tiempos que compartieron. Es un placer
encontrar a alguien que ha tenido bastantes experiencias con citas, pero no ha encontrado lo que busca. Como católicos tomamos las citas en serio porque tomamos en serio el matrimonio. Por lo tanto, llevamos la invitación en serio, tomamos "el romper de una relación" en serio, y todo el asunto puede convertirse en grave drama desde el primer día. Las citas y el matrimonio sin embargo, son dos cosas muy distintas. Las citas comienzan con poco o ningún compromiso, mientras que el matrimonio comienza desde el primer día con una promesa que dura hasta la muerte. El camino al compromiso toma tiempo. Si mas católicos pudieran hacer eso y tomar las citas por lo que son, creo que serían menos vacilantes de citar y, idealmente, permanecer como amigos si termina el romance.
3. Obtenga un mentor. Jesús creía en la tutoría, Él era mentor de la gente. Como entrenador de la vida, la gente me paga por ser su mentor y yo busco a otros que sean mi mentor. Mi regla es que si es importante para ti e implica riesgo, consigue a un mentor: un mentor para los negocios, un mentor para la vida, un mentor para tu alma (llamado un director espiritual), ¿por qué no un mentor para el amor? Es fácil. Busca a alguien a quien admiras que este felizmente casado, con una familia de que estas casi celoso; pídele sus consejos. Ahora tienes un mentor, una valiosa segunda opinión cuando se nubla tu juicio sobre las citas; alguien para empujar cuando tienes miedo o de rescatarte cuando seas imprudente.
Dicho esto, el mundo de las citas católicas está lleno de oportunidades. Comienza ahora. Aunque el día de San Valentín no es un día de obligación, pero yo creo que es bueno celebrarlo. Aunque no es lo tuyo, un compromiso de tres horas-cena-baile durante todo el año no te va a matar. Debemos celebrar y celebrarlo bien porque así es como vivimos – en la celebración. Celebramos la misa, celebramos bodas y bautizos como nadie mas, incluso celebramos a los santos que no estamos seguro que existieron. ¿Por qué no celebrar el amor? ¿O por lo menos, nuestra creencia en el? Bien sabes que si te quedas en casa vas a gastar la noche viendo Downton Abbey con un tazón de golosinas o jugando Call of Duty (si, yo sé que varios de ustedes en sus treinta años lo juegan) y no me digan que es más saludable. Entonces el día siguiente, 15 de febrero, deja que todo el mundo este de acuerdo, "los católicos se citan y lo saben hacer bien!"
Comentarios (0)